miércoles, 9 de septiembre de 2015

La búsqueda del hogar creativo

Una parada de tren. Montaña y charco al lado. La habitación del delirio, con un retrato de V. Woolf en la puerta. Un cuarto lleno de juguetes, inventados y por inventar. Un sombrero de los sueños. El Ave Fénix rollizo, tan gordo que ocupará la masa de tres o cuatro Aves Fénix de corral.


Podría encontrar la inspiración tan fácilmente. Bastaría decir SÍ con un megáfono. Sería tan sencillo como chasquear los dedos o encender la luz y encontrar una idea sonriente, acurrucada en un trastero, metida dentro de una caja, sin misterios, con ganas de hacer la crisálida y volar en forma de libro, escultura, cuadro, monumento, ¡Eureka!

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